domingo, 17 de octubre de 2010

(sin título)

  Hueles a lluvia,
como el cielo encharcado
o la ciudad grisácea.

Hueles a lluvia y a arrabales,
como la tierra húmeda de las afueras,
como las lindes verdes de los campos.

Hueles a lluvia y a arrabales, y eres tan azul
como el cielo raso de una tarde
en cualquier rincón del mundo.

Hueles a lluvia y a arrabales, y eres azul y escurridiza
como el agua
que en mi rostro apaga
la ceniza de sus lágrimas.

Hueles a lluvia y a arrabales, y eres azul y escurridiza
y tierna
como las hojas caducas del otoño
perenne de mi alma.

2 comentarios:

N Ó M A D A dijo...

Qué bonito escribirle eso a alguien!

Elena dijo...

Pero qué bien que huele la lluvia!