Hueles a lluvia,
como el cielo encharcado
o la ciudad grisácea.
Hueles a lluvia y a arrabales,
como la tierra húmeda de las afueras,
como las lindes verdes de los campos.
Hueles a lluvia y a arrabales, y eres tan azul
como el cielo raso de una tarde
en cualquier rincón del mundo.
Hueles a lluvia y a arrabales, y eres azul y escurridiza
como el agua
que en mi rostro apaga
la ceniza de sus lágrimas.
Hueles a lluvia y a arrabales, y eres azul y escurridiza
y tierna
como las hojas caducas del otoño
perenne de mi alma.
2 comentarios:
Qué bonito escribirle eso a alguien!
Pero qué bien que huele la lluvia!
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