domingo, 26 de diciembre de 2010

Apareces...

  Apareces en la mañana
semiiluminada entre las sábanas.
Y habré de decirte que te quiero
mientras el rocío aún condensa
la luz de las estrellas
y el tiempo se detiene casi
y el cielo se llena de pájaros y humaredas
con olores
y sueños que se evaporan con el alba.

Quedan, a contraluz y contratiempo,
las tinieblas de tus ojos dormidos
ya no tanto,
mientras resucitan a la vida
entreabiertos
azules y rescatados
por mis labios que te besan
y sobreviven gracias a tu nueva luz
a tu cuerpo nuevo
a tu amor desnudo y tu sonrisa.