Apareces en la mañana
semiiluminada entre las sábanas.
Y habré de decirte que te quiero
mientras el rocío aún condensa
la luz de las estrellas
y el tiempo se detiene casi
y el cielo se llena de pájaros y humaredas
con olores
y sueños que se evaporan con el alba.
Quedan, a contraluz y contratiempo,
las tinieblas de tus ojos dormidos
ya no tanto,
mientras resucitan a la vida
entreabiertos
azules y rescatados
por mis labios que te besan
y sobreviven gracias a tu nueva luz
a tu cuerpo nuevo
a tu amor desnudo y tu sonrisa.
2 comentarios:
Lo que yo tengo ahora es envidia insana... :)
Entran unas ganas terribles de levantarse a hacer del desayuno.
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